INTRODUCCIÓN

El Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) es un trastorno de origen neurobiológico que se caracteriza por un desarrollo inapropiado del nivel de atención, hiperactividad e impulsividad que produce un deterioro clínicamente significativo en dos o más áreas de la vida del niño.

Las dificultades para mantener la atención y conductas de hiperactividad/impulsividad están presentes con mayor gravedad e intensidad de lo que suele verse en otras personas.

Los síntomas del TDAH se manifiestan en distintas áreas, como el colegio, el trabajo o en cualquier otro ambiente social. Este trastorno se inicia en la infancia, pero puede continuar en la adolescencia y la edad adulta.

El TDAH puede desaparecer con el proceso de maduración del niño. Sin embargo, los estudios han demostrado que en hasta un 70% de los casos el TDAH puede prolongarse en la adolescencia y hasta un 40% podría continuar en la edad adulta.

Es muy importante diagnosticar el trastorno y establecer un plan individualizado de tratamiento, para prevenir todas las complicaciones que pueden acompañar a los niños que tienen el tratorno: baja autoestima, desinterés y abandono de los estudios, problemas de conducta y conflictos en la relación con los compañeros, son algunas de las muchas consecuencias de tener una alta impulsividad o un problema atencional

Los criterios diagnósticos formales para el TDAH identifican tres subtipos principales: el inatento, el inquieto-impulsivo y los que combinan ambas características.

 

EL TDAH ES UN TRASTORNO HETEROGENEO

El TDAH es un trastorno muy heterogéneo y nunca hay dos TDAH iguales. El tener ideas preconcebidas de lo que es un TDAH, es la principal fuente de errores a la hora de negar el diagnóstico a niños que lo padecen. Esto se debe a que hay una serie de funciones alteradas, de las cuales algunas deben aparecer en el niño, pero la presentación clínica varía dependiendo tanto del carácter del niño, como del entorno, como de la presencia de otros síntomas que camuflan el diagnóstico, mitigándolo o generándole más dificultades.

Los síntomas que hay que buscar en un niño con TDAH son algunos de los siguientes:

Inquietud: la inquietud consiste en aumento de movimiento, en lugares inapropiados. Estos movimientos pueden ser muy llamativos como correr o trepar, o menos aparentes, como el temblor contínuo de la pierna, el retorcerse en el sitio, el necesitar cambiar frecuentemente de postura.

Impulsividad: es la dificultad para frenar cualquier acción o pensamiento. Les cuesta pararse a pensar si algo es prudente hacerlo o no, “lo que tienen en la cabeza, lo tienen en la boca”. La impulsividad también se puede manifestar en el plano emocional, siendo niños con un registro emocional más alto y más cambiante (“cuando están contentos se pasan de contentos, cuando están tristes, se pasan de tristes…”). A la hora de realizar tareas, la impulsividad se manifiesta en la dificultad para terminar de leer un enunciado, lanzándose a contestar antes de haber entendido lo que quieren preguntarle.La impulsividad les hace que sus tareas y cuadernos tengan peor presentación y se muestren sucios, y también les desespera el tener que repetir un ejercicio, pues muestran muy poca paciencia para mantener el interés por las tareas académicas.La impulsividad les puede llevar a ser contestones, a pegar , a mostrar problemas de conducta.

Problemas de atención: la atención es un concepto mucho más amplio que el que tenemos asignado, forman parte de las funciones ejecutivas, que son una serie de operaciones psicológicas necesarias para regular nuestra conducta y la toma de decisiones. Por atención nos referimos a la capacidad para mantener un esfuerzo mental sostenido en cosas cotidianas. También nos referimos a la capacidad para organizar una tarea, para iniciarla y terminarla, sin que por el camino nos detengamos y nos olvidemos de lo que estábamos haciendo. Los niños con problema de atención tienen frecuentes errores por descuido o por no fijarse. Otro síntoma frecuente es que no manejan bien los tiempos, a menudo no terminan los ejercicios durante un exámen, ya que no se dan cuenta de que el tiempo va pasando y deben cambiar de ejercicio. Los problemas de atención pueden ser un lastre para un adecuado rendimiento académico.

 

Hay niños que compensan estas dificultades y no son tan aparentes: si son muy responsables, si tienen mucho deseo de ser premiados por los adultos, si son más ansiosos, si sus capacidades cognitivas son altas , si la dinámica de la clase y del entorno es muy atractiva y estimulante.

En otros niños estas dificultades, añadidas a otras características personales, empeoran el pronóstico o hace que sean detectados antes, aunque no siempre con el diagnóstico apropiado: la presencia de trastornos en el aprendizaje, o las dificultades en la socialización, pueden destacar al niño, por un peor funcionamiento.

Siempre hay que pensar en la posibilidad de padecer un TDAH en un niñ@ con alguno de los siguientes síntomas: dificultades en el aprendizaje, resistencia a trabajar o realizar las tareas escolares, impulsividad verbal o física o emocional.

Los síntomas del TDAH son como los colores, la combinación de varios de ellos dan colores adicionales, y la gama de colorido puede ser altamente variable. Si esperamos ver colores claros, erraremos en los diagnósticos, sólo realizándolo en casos muy evidentes y muy concretos.

No todas las personas con TDAH tienen que presentar problemas. De hecho, puede incluso puede beneficiarle y darle más oportunidades que a otros sin el trastorno. Como casi todo, casi nada va a definir un pronóstico negativo. Es la conjuncion de varias dificultades, junto con una falta de apoyo externo, lo que puede marcar una evolución negativa.

El TDAH va cambiando la forma de expresarse, a la par que el individúo cambia. No son iguales los síntomas en la niñez, en la adolescencia, en la edad adulta. También influye el género, marcando diferencias entre niños y niñas.

Otro aspecto a tener muy en cuenta, es la altísima variabilidad de la clínica, por definición diremos que los niñ@s con TDAH son muy inconstantes, tanto en su comportamiento, como en su trabajo. Pueden hacer una tarea perfecta, y al día siguiente, ser un desastre en el mismo ejercicio. La motivación es un factor fundamental en la expresión clínica. Cuando el niñ@ está motivado, la clínica no aparece, es compensada, cuando es algo rutinario o no hay una motivación importante o una recompensa inmediata, es cuando es evidente la dificultad.

 

¿QUÉ SON LAS FUNCIONES EJECUTIVAS?

Las funciones ejecutivas están afectadas en los pacientes con TDAH. Tienen que ver con las funciones cerebrales que ponen en marcha, organizan, integran y manejan otras funciones. Hacen que las personas sean capaces de medir las consecuencias de corto y largo plazo de sus acciones y de planear los resultados. Permiten que las personas sean capaces tanto de evaluar sus acciones al momento de llevarlas a cabo como de hacer los ajustes necesarios en casos en los cuales las acciones no están dando el resultado deseado.

Existen distintos modelos de funciones ejecutivas propuestos por varios investigadores, pero la definición hecha arriba abarca los planteamientos básicos contenidos en casi todos. Dos de los principales investigadores del TDA/H que han estudiado las funciones ejecutivas son Russell A. Barkley, Ph D y Thomas E. Brown, Ph D.

El modelo de Barkley se basa en la idea de que la inhabilidad de auto-regulación constituye la raíz de los muchos retos que enfrentan las personas con el TDA/H. Barkley arguye que estos individuos son incapaces de reaccionar de manera pausada, razón por la cual actúan impulsivamente y sin idónea consideración de las consecuencias futuras, ya sean estas beneficiosas o negativas.

El modelo de Brown distingue seis agrupaciones de funciones ejecutivas:

-La organización, el establecimiento de un orden de prioridades y el emprendimiento.

-La capacidad de enfoque, y de poner y cambiar la atención a las tareas.

-La regulación del estado de alerta, el sostenimiento de esfuerzo y la rapidez de procesamiento.

-El manejo de la frustración y la modulación de las emociones.

-La utilización de la memoria de trabajo y el acceso a los recuerdos.

-La acción de auto-monitoreo y auto-regulación.

Bajo el modelo de Brown, las dificultades en estas agrupaciones llevan a impedimentos de atención, ya que las personas afectadas tienen dificultades en organizar las tareas, comenzarlas, mantener el interés, permanecer alertas, sostener un estado emocional nivelado, emplear la memoria a tiempo real y el recuerdo, y auto-monitorear y regular las acciones.

No hay duda de que los impedimentos en las funciones ejecutivas tienen un efecto adverso sobre la habilidad de comenzar, emprender y completar las tareas. También se piensa que las deficiencias en las funciones ejecutivas están muy relacionadas a los síntomas asociados al TDA/H.

 

EL TDAH NO ES UN MITO

Críticos sociales y algunos profesionales expertos y no expertos en el tema, afirman que el TDAH es un mito o, más específicamente, que los niños diagnosticados de TDAH son normales pero que los “etiquetan” como trastorno mental por la intolerancia de los padres y docentes o por la ansiedad cultural y parental en torno a la educación de los niños. Sin embargo, los estudios científicos han demostrado que se trata de un trastorno neurobiológico que se inicia en la edad infantil y que es mucho más prevalente de lo esperado.

 

EL TDAH NO ES SÓLO UN TRASTORNO INFANTIL

Si bien es en la infancia cuando se inicia, en muchos casos, este trastorno continúa presente en la adolescencia y en la edad adulta. En muchos casos, los síntomas de hiperactividad tienden a disminuir durante la infancia. Sin embargo, la inatención y en especial la impulsividad permanecen en adolescentes y adultos. Muchos de los trastornos psicológicos y psiquiátricos presentes en la edad adulta, emergen como consecuencia de un TDAH no diagnosticado, no tratado y que se ha complicado con la evolución de la vida y las elecciones que se han ido tomando.

 

EL TDAH SE ASOCIA CON FRECUENCIA A TRASTORNOS DEL APRENDIZAJE

El deterioro académico se debe, con frecuencia, al propio TDAH. En otros muchos casos, los problemas del aprendizaje están presentes y no pueden explicarse por el TDAH. En estos casos, será necesaria la exploración destinada a descartar trastornos específicos del aprendizaje. Nos referimos a los problemas en la lectura, en la escritura o en el cálculo. También hacemos referencia a un subgrupo de niños con torpeza psicomotora y a otros niños que leen bien, pero tienen dificultades en la comprensión lectora o en la expresión verbal o escrita.

 

El TDAH Y LA FAMILIA.

Si el TDAH no es tratado o se trata inadecuadamente, puede asociarse a largo plazo con situaciones que impactan negativamente en la vida del afectado y de la sociedad, como menor dificultades en la escuela (menor rendimiento académico, incremento de las expulsiones del colegio o abandono escolar), aumento del consumo de distintos tóxicos, dificultades profesionales(menos cualificación profesional y dificultades para conservar un empleo estable), más accidentes de conducción, aumento de las visitas a urgencias por accidentes, mayor incidencia de divorcio e incluso incremento de la delincuencia.

 

EL TDAH PUEDE COMPLICARSE CON OTROS TRASTORNOS

Hasta un 85% de los casos de TDAH presentan otros trastornos psiquiátricos, como el trastorno negativista desafiante, los trastornos de aprendizaje, los trastornos por tics y los trastornos de ansiedad. El riesgo de presentar un trastorno de personalidad antisocial es cinco veces mayor en pacientes con historia de TDAH, riesgo asociado a la comorbilidad con un trastorno disocial previo.

 

LA IMPORTANCIA DE UNA DETECCIÓN PRECOZ

La detección precoz permitirá iniciar cuanto antes un tratamiento adecuado, fundamental para evitar trastornos asociados (mal rendimiento escolar, dificultades en sus relaciones sociales y trastornos de conducta). Se debe prestar especial atención a poblaciones de riesgo como son los niños con antecedentes familiares de TDAH, prematuridad, bajo peso al nacimiento, ingesta de tóxicos de las madres durante el embarazo y traumatismos craneoencefálicos graves.

 

TRATAMIENTO DEL TDAH

El tratamiento del TDAH debería realizarse de manera individualizada, teniendo en cuenta al paciente y su familia.

Las recomendaciones terapéuticas pueden incluir la psicoterapia, el coaching, la farmacoterapia y el uso de neuroterapias.