Introducción

En Hara, al igual que los padres, profesionales y personas a cargo del cuidado de niños, cumplimos un rol fundamental en ayudar a los niños y los adolescentes a crecer sanos, felices y adaptados a la sociedad.

Nuestro centro, se compromete a brindar los recursos y la información necesaria para ayudar a realizar esa tarea.

Una vez que se tome la decisión de buscar ayuda, el siguiente paso es encontrar el lugar y las personas a las que dirigirse. Como con la salud física, el pronóstico mejora cuando los problemas de salud mental se tratan en los primeros años de la vida del niño.

En Hara, queremos dar una explicación a los padres sobre los problemas de sus hijos, orientándolos hacia la toma de decisiones más adecuada para su resolución y formándoles en la comprensión de la dificultad, para que desde casa puedan continuar la labor que iniciamos en el centro.

Los padres, generalmente son los primeros en darse cuenta de que su hijo tiene un problema. ¿Cómo pueden decidir si la dificultad es leve o pasajera o si necesitan ayuda profesional? . Estos son algunos signos que sugieren que el niño puede tener un conflicto .

  • Problemas de conducta en la escuela o entornos sociales.
  • Hiperactividad o inquietud más allá de lo que se espera para la edad.
  • Miedos, tristeza o sentimientos de angustia en exceso.
  • Cambios en los patrones de sueño o alimentación.
  • Mal rendimiento o deterioro del rendimiento escolar.
  • Conducta agresiva.
  • Desobediencia constante y oposición a la autoridad.
  • Relaciones escasas con los compañeros.
  • Quejas constantes de enfermedades físicas.

Preguntas frecuentes

¿Cuándo debo solicitar una valoración para mi hijo?

Cada niño es y debe ser diferente. Puede ser muy hábil para algunas cosas y costarle más otras. Puede ser más hablador, o más tímido. Más responsable o menos disciplinado. Sin duda todas las personas si pudiesemos medirnos seríamos así. El problema aparece cuando algo de la persona se convierte en una característica que le genera más problemas que a los otros niñ@s, y que no consigue compensar con otras de sus cualidades, o cuando algo del entorno se convierte en una fuente de sufrimiento para el niño, al no poder adaptarse o encontrar una solución. Si aquello que os preocupa, afecta regularmente al desarrollo afectivo, social, familiar o académico del niño, se convierte en un hecho que ni él, ni el entorno puede controlar. Es un motivo para consultar.

Hasta ahora no he consultado, ya que el colegio no me lo ha indicado, ¿es correcto?.

Los profesores, en numerosos casos, orientan a los padres a consultar de manera muy acertada. Hay sin embargo, otras ocasiones, en las cuales las dificultades del niño no generan conflictos en los demás y pasan desapercibidas. Detrás de esa aparente normalidad, los padres pueden detectar conductas que no aparecen en el colegio o quedan camufladas entre el grupo de la clase. Los padres saben el esfuerzo que implica alcanzar lo esperado o el sufrimiento que ellos y el niñ@ están padeciendo y puede acabar siendo agotador y excesivo. Muchas veces, esperan que todo mejore conforme el niño vaya madurando, y sin embargo, hay pocos cambios a lo largo de los meses, o años, lo que sin duda, es muy negativo para todos.

En el colegio mi hijo va mal académicamente, ¿qué debería hacer?

Cuando un hijo tiene malos resultados en el colegio, generalmente los padres intentan ayudarles a la hora de hacer los deberes y se preocupan más por revisar cuadernos y ver qué han hecho cada día y cómo ha ido. Es algo positivo y es el primer paso que cualquier padres debe hacer. Si con estas medidas, siguen habiendo problemas, deberían hablar con el profesor : es el momento de realizar una valoración psicopedagógica. Todo niño que va mal académicamente debería ser evaluado, tanto por un psicopedagogo como por un psiquiatra infantil. Son valoraciones complementarias y ambas son importantes.

Conozco casos en los que dos psiquiatras, o varios especialistas, han dado diagnósticos diferentes sobre un mismo paciente, ¿en quien puedo confiar?.

Esta situación, es más frecuente de la que nos gustaría. Al valorar la conducta influyen muchas cosas: la experiencia, la formación y la subjetividad del profesional.

Por ello debemos buscar a un profesional con amplia experiencia, con una formación integral y actualizada, y que sea capaz de controlar las emociones y pensamientos que la relación con el paciente le generen, algo que puede ser muy negativo para la toma de decisiones.

Además de todo ello, la aparición de nuevas herramientas que buscan marcadores de disfunción, como el qEEG y los Potenciales Evocados, mediciones basadas en ciencias exactas y en la estadística, abren un futuro muy prometedor para un diagnóstico más rápido, objetivo y fiable.

Tengo entendido que los psiquiatras medican y es algo que me niego a hacer.

La Psiquiatría es una especialidad de la Medicina. Afortunadamente cada vez vamos consiguiendo, gracias a la investigación, avances en la solución de problemas que hasta ahora eran considerados debilidades del carácter o frutos de una mala educación.

Nuestro objeto de estudio y lo que queremos tratar es la conducta, lo que se ve. Nuestro paciente es la persona, con su entorno, sus vivencias y su singularidad. Para que la conducta mejore, debemos intervenir a varios niveles, en el entorno en el que vive, y sobre la persona.

Hay problemas que pueden beneficiarse de un tratamiento exclusivamente psicológico, y además es lo más recomendable. Hay otros problemas que lo más recomendable es un tratamiento farmacológico. Cuando decimos lo más recomendable, nos referimos a aquello con lo que va a obtener los mejores beneficios. Generalmente lo más adecuado es combinar las terapias. El psiquiatra, debe indicar y explicar el tratamiento más adecuado para cada paciente, y proporcionar otras alternativas, siempre que existan. El paciente, debe recibir una información clara y comprensible. A partir de este momento, él decide entre todas las alternativas ofertadas.